El puente de las brujas

RESUMEN

¿Cuánta fuerza tiene un río? ¿Quién sobrevive a la helada? ¿Cuál es la voz de la corriente? En El puente de las brujas hay una casa que, como un álbum de fotos, muestra la historia de una familia, hay un paisaje patagónico cargado de álamos, de rosa mosqueta y de aromos que trastoca la idea de desierto, hay un hombre que se enfrenta a la sombra de su adolescencia, al abrazo imposible, a la crueldad de un crimen. Juan Fernández Marauda construye en su primera novela la voz de un observador que, en medio de la contemplación de la naturaleza, se encuentra con el horror. Hay luz porque hay oscuridad.

Pilar Cimadevilla

 

Junto al río, Fernández Marauda delimita un lenguaje y una tradición fluvial ¿saeriana, wernickeana, contiana? donde se aísla y se toma distancia de la oralidad para reponer un lenguaje musical, sí, pero mucho más denso y alerta. “Todo lo que vive del río encontró en el abandono un lugar donde guardarse”, escribe y puede que todo sea verdad en esa frase. Puede que todo sea verdad en esta novela.

Edgardo Scott

 

Javier regresa a la casa y a los lugares que habitó hace años. Los perros y la gata no dudan tanto de su identidad como él mismo. También los amigos se han vuelto extraños. Lo que hablan desde la boca no coincide ni siquiera con lo que dicen desde los ojos. Y en el medio del río, como en el medio de la llanura, de la nación o del continente, el cuerpo de una mujer muerta como mensaje y disputa. ¿Qué pasó con ella? Quizás sean la gata y los perros los únicos que no han cambiado y que permanecen iguales a sí mismos, sin la posibilidad de traicionar.

Dolores Reyes

 

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