Para quienes nacimos y crecimos en la ciudad de La Plata, y transitamos las primeras décadas de nuestras vidas de dictadura en dictadura, el poema “La ciudad” de Konstantin Kavafis nos resuena como una letanía y casi como una condena. A diferencia de Alejandría, La Plata es una ciudad joven, tal vez precozmente envejecida por el dolor; una ciudad que se funda y se refunda en mitos, casi siempre sangrientos, casi siempre olvidados. Ciudad a espaldas del río, que robó un puerto a la Ensenada. Ciudad joven que perdió, en sus pocos años, casi todas las casas de su fundación. Ciudad de clase media, porque se sacó de encima, en años infaustos, su cordón industrial. Ciudad de la conciliación devenida en capital de la represión. Ciudad perfecta, ciudad arrasada por el agua.
En el proyecto de este libro está el germen de recuperar lo olvidado para comenzar a escribir la otra historia de La Plata. Tal vez de esa manera ella, la ciudad, deje de ser siempre la misma y nosotros –sus ciudadanos, sus vecinos, sus habitantes- dejemos de perder y destruir, como una condena, aquello que tocamos, o lo que nos rodea.
Esteban Rodríguez Alzueta